jueves, 7 de mayo de 2015

Post Individual Num.2: Cursos de reeducacion (Cristian Ruiz)

La terapia con maltratadores en la violencia de género.

La segunda publicación de este post es dejar constancia de que a través de diversas fundaciones de la mujer, programas de las comunidades y proyectos, cabe decir que dentro del mundo del maltrato y la violencia de género existen diversas maneras de trabajar la terapia de conducta de aquellos que han maltratado a su mujeres y/o hijos, y que existen métodos eficaces para corregir el comportamiento agresivo y equivoco que algunos maltratadores tienen con sus familias.
En España, un estudio revelo que cerca de entre el 40% y 60% de las mujeres vivía con su agresor,  por ello, contamos con mentes brillantes para el desarrollo de programas de reeducación de maltratadores, y el primero de ellos fue “Enrique Echeburia” hace ya más de 15 años, ya que se sabía que existía un alto riesgo de que estos hombres a pesar de la separación volvieran a amenazar y agredir a sus mujeres.
“La reinserción es una medida más en la lucha contra la violencia”, (E. Echeburia), en estas palabras define el autor como una manera de decir que un maltratador rehabilitado es un a victima menos, ya que también se sabes, que los maltratadores suelen salir a la calle en busca de otra mujer a la que victimizar.

¿Por qué el maltrato?
Existen diversas explicaciones de  autores para el maltrato a la pareja.
Entre ellas encontramos la perspectiva cultural, que es la más antigua y la más arraigada  ya que explica que el abuso del barón en la familia se debe a un status patriarcal, y que impregnan todas las relaciones sociales. Entonces esta interpretación da como justificación que esta violencia es fruto de querer mantener el orden social y familiar. Estaríamos ante una indudable discriminación familiar en contra de las mujeres.
Otra de las perspectivas  es la estructural, que en palabras de “delito” se trata por las teorías de la anomia y de la tensión, en el que las desigualdades sociales, la falta de oportunidades y su incapacidad para alcanzar los objetivos convencionales de la sociedad, serian los factores que desencadenan las tensiones individuales de cada persona que conllevan a  la agresión dentro de la familia.
La perspectiva psicopatológica, en el que consideramos al agresor o maltratador portador de una patología individual que la causa próxima de su conducta. Dentro de estas patologías, se señala con frecuencia ciertos trastornos mentales y alteraciones de la personalidad y  también tenemos la asociación de maltrato y consumo de alcohol y otras drogas.
Tenemos a otra más específica, conocida como la  perspectiva de la interacción, en el que afirma que toda forma violenta de actuar fuera del margen de las anteriores explicaciones dadas, se encuentra aquí como modo de actuar por costumbre en una familia, aunque a pesar de ser así se puede focalizar más aun el comportamiento.
Existe también la perspectiva jurídica clásica, que no se detiene a entender y comprender los factores que precipitan al maltrato como a intentar su control. La línea de pensamiento en la que se dirige esta perspectiva las propuestas cuyo propósito es aumentar es detectar el grado de detección, denuncia, control y conciencia penal.
Por último está el modelos específico de la agresión conyugal, en el que su autor, Leonore E. Walker explica estas situaciones de violencia como el proceso en que se produce entre la pareja, a saber, tres etapas: 1. La acumulación de tensión; 2. La aparición de un incidente de violencia; 3. La eufemísticamente denominada esta de luna de miel, (tras un episodio violento, el agresivo dice arrepentirse y prometer cambiar)

Formas de Intervención.
Tenemos conocimiento de los siguientes tratamientos para el comportamiento de los agresores.
A)    Medidas socioeducativas con los agresores.

Incluyen intervenciones de carácter psicológico, social y educativo. “Se pueden dividir desde la diferente perspectiva de los sujetos tratados en cuatro grupos” (Sedlack, 1988):
1.      Consejo individual con el agresor.
2.      Terapia de grupo con agresores.
3.      Terapia con una sola pareja.
4.      Terapia de grupo con varias parejas.

El objetivo fundamental del tratamiento consiste en enseñar a los sujetos a reconocer las situaciones estresantes que puede precipitar su conducta violenta, a controlar sus explosiones de ira, a aumentar su asertividad y a mejorar sus habilidades de comunicación y sus habilidades de resolución de conflictos.

B)     Medidas de carácter legal.

Esta medidas son las básicas de acceder en el que se incluyen el alejamiento, la detención y condena de los agresores. No se conocen la existencia de evaluaciones sistemáticas del uso de medidas penales en España.

C)    Tratamiento cognitivo-conductual.

Integran diversas perspectivas estos tratamientos, teniendo como objetivo tanto el cambio de actitudes y creencias favorecedoras de la violencia como de los comportamientos y hábitos violentos. Pueden utilizarse tanto con sujetos aislados como son grupos de agresores o con grupos de parejas. Se suelen incorporar distintas técnicas y son las siguientes (Saunders y azar, 1989):

1.      Autoobservacion y registro de las emociones de ira.
2.      Desensibilizacion sistemática y relajación.
3.      Modelado de comportamientos no violentos o practica de los mismos mediante “Role Playing”.
4.      Reforzamiento diferencial de respuestas no violentas.
5.      Entretenimiento en habilidades de comunicación.
6.      Reestructuración cognitiva, para modificar estructuras de pensamiento sexista y de justificación de la violencia.
7.      Mejora de sus capacidades para anticipar situaciones y factores precipítales de la agresión.
8.      Interrupción de los comportamientos agresivos mediante técnicas de “tiempo muerto”.

En España, más recientemente, Echeburúa, Amor y Fernández-Montalvo (2002), Han elaborado una nueva versión de su programa de maltratadores que es aplicada en varias cárceles, y sobre todo para su uso general como manual de auto ayuda.

1.      Aceptación de  la propia responsabilidad cuyo objetivo es que los sujetos caigan en la cuenta de la realidad de su comportamiento violento y se responsabilicen de sí  mismo, como punto de partida para cambiarlo.
2.      Empatía y expresión de emociones, dirigido a que amplíen su repertorio emocional y aprendan a pensar y “sentir” acerca del daño y sufrimiento que su comportamiento produce a sus parejas, a sus hijos, etc.
3.      Creencias erróneas, destinado a “reestructurar” y cambiar todos aquellos pensamientos y creencias sexistas y justificadoras del uso de la violencia que tiene muchos agresores.
4.      Control de las emociones, para que los agresores puedan aprender modos de detener o parar sus emociones de ira y agresión.
5.      Desarrollo de habilidades que les permitan expresar sus deseos y necesidades y también su enfado, de modo asertivo, sin violencia.
6.      Prevención de recaídas, cuya finalidad es que los agresores aprendan a anticipar y controlar posibles situaciones y emociones de riesgo.

Conclusión:
Existen como ya hemos visto que para cualquier perfil que presente el maltratador puede dárle una ayuda o una forma de mejorar su comportamiento, antes de que se produzcan más agresiones y se perpetúe una forma de comportamiento machista y autoritaria, se pueden recurrir a las anteriores métodos cognitivos conductuales para la mejora del comportamiento del agresor y en caso de reincidencia, existen barreras de protección legales y jurídicas para evitar el contacto entre agresor y víctima.




Bibliografia.

-         - Blog: Terapia grupal para hombres maltratadores. Web de acceso:

-         -  Web del centro psicológico de terapia de conducta:


- Santiago Redondo Illescas y Antonio Andrés Pueyo. Perfil y Tratamiento del Maltratador Familiar. Archivo  PDF:






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